No puedo ser dueño del barro de donde nacimos,
de donde los Dioses nos dieron el nombre...
No puedo ser dueño del agua
de donde venimos, de donde vivimos
o marchitamos como las flores.
No pueden ser dueños del cielo
adonde partimos, adonde los Dioses
nos dieron sus soles...
No pueden ser dueños del suelo
de donde aprendimos, adonde morimos
y renacemos como las flores.
Sangre de mi sangre, la vida es un sueño.
Mis ojos abiertos, te esperan
Valiente guerrero, regresa.
Y tráenos tu paz.
No pueden ser dueños del viento
de donde cantamos, de donde los Dioses
nos dieron sus voces.
No pueden ser dueños del sueño
por el que luchamos,
y aniquilados resucitamos como las flores.
Sangre de mi sangre, la vida es tormento.
Mis ojos se abrieron, me alertan.
Serpiente de fuego, regresa.
Danos tu paz...
Danos tu paz!